sábado, 4 de octubre de 2014

Los enemigos de la constancia.

Hoy he estado a punto de rendirme porque estoy teniendo un día malo, porque no tenía nada escrito, porque es bastante tarde... se me ha llenado la cabeza de escusas y por un momento lo pensé: "está bien hoy no escribo una entrada total es sólo un día" pero siempre empieza igual con un sólo día, después ese día se convierte en sólo una semana y así sucesivamente. Como no quiero recuperar ningún mal hábito se me ha ocurrido hacer una lista de cuales son los enemigos a vencer por la constancia para que no se me olviden y pueda enfrentarme mejor a ellos.
El primer y mayor enemigo de la constancia es la pereza/vagancia es la madre de todos los vicios y todos la tenemos en mayor o menor medida. Los que somos vagos redomados lo pasamos fatal al intentar quitárnosla de encima. Su hija mayor la procrastinación también está en guerra con la constancia y dejar de ceder a ella es casi tan difícil como con la pereza pero si cada día hacemos una sola cosa que pensemos en dejar para otro momento ya estaremos venciendo.
La constancia es la hija de la fuerza de voluntad y si nos falta esta es muy difícil lograr ser constantes así que hay que empezar a entrenar la fuerza de voluntad a base de intentarlo un millón de veces o hasta que nos salga.
Ser constante requiere de muchísimo auto-control por lo que si te falta no podrás lograr tus objetivos y el auto-control es incluso más difícil de entrenar porque cuando te falla te das a los placeres de la vida en vez de trabajar y esto refuerza tu mala conducta.
Cuando eres organizado en todos los aspectos de tu vida te resulta más fácil ser constante, lo cual obviamente yo aún no lo soy, así que trata de eliminar la desorganización allá donde vayas. Una manera de que la organización mejore la constancia es crearse rutinas de manera que nos sea más sencillo repetir la misma acción todos los días.
La constancia siempre va asociada a lograr un objetivo por lo que si no tenemos un objetivo o no lo tenemos demasiado claro la constancia será dispersada y estaremos perdidos. El tener un objetivo claro es la mejor forma de motivarnos cuando queremos ceder a la vagancia porque la desmotivación es amiga de la vagancia y enemiga de la constancia.
El enemigo que viene después de vencer a todos los demás es el fracaso y a este no se le puede vences como a los demás si no que hay que sufrirlo, entenderlo, analizar porqué ha sucedido, desarrollar un nuevo plan y volver a empezar.
El fracaso no viaja solo tiene siempre con él al abandono, cada vez que fracasamos todos pasamos por ese momento en el que queremos dejarlo todo y no sufrir más, pero no debemos ceder porque después de un millón de derrotas conseguir tus objetivos es incluso mejor.
Espero haberos ayudado. Si tenéis alguna duda, petición, crítica, idea o lo que sea me podéis dejar un comentario aquí, en mi canal: Iria te ayuda, en mi twitter: @Iriateayuda, en mi facebook: Iria te ayuda o si lo preferís podéis enviarme un correo a: iriamuch@gmail.com. Si os ha gustado y queréis leer más entradas como esta seguidme. Muchas gracias por leer y hasta mañana.

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